Francisca sabe dónde
y cómo conectar con lo bello de lo invisible.
Todos sus lienzos
emanan luz, formas y espacios de un mundo presente pero oculto para
muchos de nosotros.
Si cuando te expones
delante de su obra tu corazón se acelera y tu razón se
para en análisis, quiere decirse que estamos ante la belleza
del espíritu, la belleza de las formas no manifestadas en la
tierra.
Ella sabe conectar
con la alquimia del color en movimiento contrastando con las luces
dentro del gran vacío…
Tenemos la suerte de
estar presentes en el cambio pictórico que nos brindan
algunos pintores contemporáneos como Francisca conscientes de
estar influenciados y canalizando la nueva energía universal
de la Era de Acuario.
Con el legado de
artistas como Francisca participaremos de grandes desafíos
artísticos con la física cuántica y la expresión
espiritual.
Disfrutemos de su
obra, disfrutemos de su presencia angelical, de su gracia personal,
de su gran sonrisa…
pero, sobre todo, de su gran intuición y arte.
Yolanda
Fidalgo
Presidenta
Fundación Proyecto Dorado
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