Muestra retrospectiva del 20 de
junio al 22 de julio de 2007 organizada por el Ayuntamiento grancanario en el
Edificio Miller
Luis Montull: De la arquitectura
de la forma
Indaga en la arquitectura de la
forma, buceando en la predisposición de planteamientos arquitectónicos, todos
ellos basados en la simbiosis entre líneas alusivas a personajes que se
mantienen dentro de cánones estudiados, con otras líneas surgidas de la propia
particularidad de los mismos seres que refleja. Es decir que es evidente que su
aproximación escultórica a las temáticas que emplea es directa, buscando la
conjunción entre el detalle y la forma, entendiendo con holgura la manera de
dictar plásticamente la evidencia de la propuesta. Una propuesta que es sutil,
pero clara y determinante, sencilla, pero evidente, en el aspecto de ir hacia la
propia profundización de lo configurado.
La obra escultórica, tanto la
monumental como la de mediano y pequeño formato de Luis Montull, se caracteriza
especialmente por su elegancia.
Su creación es sensible, delicada,
bella, porque es equilibrada, busca resaltar los aspectos armónicos, la
ejecución de los personajes y temáticas sin rompimientos, intentando preservar
la fortaleza y características de sus materiales fundamentales: madera y piedra.
La elegancia de los materiales es
debida, tanto a su conocimiento de los mismos como también por su dedicación
clara a la dinámica de la armonía formal, material y de ejecución. Busca
expresar con determinación la delicadeza de cada instante de la existencia, el
momento, de la intensidad de lo sublime contenida en el prolegómeno de lo sutil
emergente de la parte interior que domina su producción, aunque posee mucha obra
por encargo. Sin embargo, incluso esta última continua siendo una creación
elaborada, encerrada en su propia verdad, que, a la vez, la convierte en
universal.
La obra monumental y escultórica
de Luis Montull se ha podido contemplar en todo su esplendor durante este pasado
verano, del 20 de junio al 22 de julio de 2007 en el Edificio Miller de Las
Palmas de Gran Canaria, dentro del contexto del aniversario de la fundación de
la ciudad. En este sentido la mirada escultórica de la expresividad de Luis se
ha paseado por personajes, seres emblemáticos, protagonistas de sus monumentos,
casi todos ellos homenajes a marineros, marinos, oficios antiguos de Las Palmas
hoy en vías de extinción o extinguidos.
El creador canario, fiel a su
dictado, se adentra con expresividad en sus tallas de piedra y madera y en sus
espectaculares monumentos de piedra. Sensual, directo, pero sutil, sintético,
orgánico en ocasiones, las más geométrico, sin dejar el realismo, sino
aprovechando el sincretismo entre el concepto expresionista, el realismo
primitivista, su adscripción a la geometría, presenta obras de gran calidad, de
serena mirada, rostros entretejidos por el sol, curtidos por el paso de los años
y la dureza de los trabajos. En este contexto se instala también su particular
homenaje y dedicación plástica a la mujer.
A lo largo de toda su producción
escultórica ha abordado desde la mujer como expresión artística, mito y ser
humano a la vez. Mujer moderna, de estilizados y bellos cuerpos en su serie de
danza, presentada sola o con su pareja masculina. Mujer con personalidad, en su
homenaje a Isadora Duncan. Y, finalmente, la mujer, como elemento central de un
universo conocido, garante y madre de la humanidad, destacando sus alegorías y
monumentos a la maternidad. También destaca a determinadas mujeres de lugares
emblemáticos de la isla.
En líneas generales sus personajes
forman parte de su particular acervo espiritual. Seres de rostros curtidos pero
bondadosos, dotados de la fuerza interior que contiene el alma de los que son
capaces de ir avanzando a pesar de los contratiempos, superando obstáculos,
haciendo su trabajo. De ahí que su naturalismo sea la mejor garantía de su sello
personal, en el aspecto de que, aunque exagera de forma expresa manos y pies,
sus personajes no pierden el necesario equilibrio, destacando por su actitud
bondadosa.
La fundación de la ciudad de Las
Palmas de Gran Canaria se remonta al año 1478, 24 de junio, día de San Juan,
inicio del solsticio de verano, instantes en los que Juan Rejón, capitán, al
mando de más de seiscientos hombres procedentes de la Baja Andalucía, desde el
Puerto de Santa María, a bordo de tres barcos, desembarcaron en las Isletas, hoy
en día parte norte de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, comenzando la
conquista de la isla. Se inicia en la desembocadura del barranco de Guiniguada,
actual barrio de Vegueta.
El escultor canario a lo largo de
esta exposición rinde un homenaje a la cultura canaria, considerando en todo
momento el origen, población y características de la isla. De ahí que posea una
visión clara de su historia, enalteciendo a sus personajes principales,
especialmente, después de la consolidación de la isla dentro de la Corona de
Castilla y, acto seguido, hasta la formación del actual Estado Español. Su
interés se concentra en destacar a marineros, campesinos, labradores,
pescadores, artesanos, canteros, la mujer como eje, la importancia de la
maternidad y la exhibición de poderío de sus personajes, que, siendo normales,
alcanzan la categoría expresionista de seres dotados de singularidad álmica.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
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