El pintor dominicano expone del
13 de junio al 12 de julio de 2008 pintura surreal de inspiración marina
El mundo de lo alegórico y la
mirada de las profundidades en la obra de Reyes Ocre en C. C. Sotomarket
(Sotogrande)
El pintor dominicano Reyes
Ocre exhibe toda la fuerza y la potencia de lo onírico, del mundo alegórico que
se halla dentro de sus perspectivas psicológicas.
Dominicano, acostumbrado al mar, su obra es alegórica, simbólica, se nutre del
fondo marino y de los peces multicolores que pueblan las aguas de La Española.
La República Dominicana está formada por 31 provincias, cuya capital Santo
Domingo, siendo sus habitantes producto de la historia y la mezcla de culturas.
Reyes Ocre viaja hasta las profundidades de la propia evidencia de la historia,
permitiéndose conexiones extrañas, de índole sutil y específico, en las que lo
fundamental es el contacto directo con la naturaleza circundante, con el mundo
dévico que nos rodea y que el artista interpreta en clave alegórica y simbólica.
Su conexión con el más allá es instintiva, pero, también, posee un fondo
biológico y evidente, porque apuesta por la existencia, le interesa la vida y
sus circunstancias. De ahí que sus protagonistas, los peces, se caractericen por
su gran vitalidad, por su aspecto sano y esencialmente sensual.
Todo lo que es por sí mismo es evidente y va más allá de la anécdota. No tiene
límites, sino que avanza a través de la propia disponibilidad, para conectar con
lo específico, que se encuadra en lo que no es pero que es. Es decir que emplea
los peces y el fondo marino para mostrar monstruos de la razón y emblemáticas
opiniones de una dinámica existencial que gobierna la existencia de todos. Así,
de esta forma, pasado, presente y futuro, se aúnan en su oferta pictórica.
El pasado indígena, el animismo, que exhibe a través del agua, el mar, el
océano, líquido elemento, fuerza de la evidencia de la propia vida. La
sustitución de indígenas por negros africanos, está enmarcada en el
posicionamiento de la sensualidad y en la fuerza cromática de la obra.
Su internacionalidad, la naturaleza como referente, crisol de culturas,
franceses, españoles, indígenas y negros africanos, están forjados en el
onirismo, en el conjunto de sueños que conforman la otra realidad.
Antiguos bucaneros y filibusteros, piratas que campaban a sus anchas, luchas,
independencia, norteamericanos y españoles, dominicanos e indígenas, africanos y
mestizos, son partes de un todo en el que lo más significativo es la voluntad de
cambio en la transmutación constante.
El pintor dominicano conecta con el cambio a partir del mar, entendido como
fuerza motriz que aglutina la esencia.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
(AICA)