Bruno Brugnera, Yo y la mili, la
larga marcha y el encuentro con la verdad
Bruno Brugnera, Yo y la mili,
relata la marcha del campeón olímpico de jabalina italiano, iniciada el 8 de
setiembre de 1943, abandonando la mili activa por propia iniciativa hasta
conseguir la mayoría de sus objetivos en todos los campos del humanismo y el
amor.
Aventuras y desventuras de Bruno a través de los sugerentes paisajes de una
Italia convulsa por los cambios políticos y de bando, en plena Segunda Guerra
Mundial.
Son tiempos de guerra, pero también tiempos de amor y de predominio del corazón,
como centro de la acción de un hombre que, movido por el amor a su madre y a
todas las mujeres, al eterno femenino sublimado, abandona la mili y se embarca
en una aventura, la larga marcha atravesando líneas amigas y enemigas,
haciéndose amigo de todos.
Yo y la mili, publicado en Barcelona en 2007, libro de 54 páginas más cubiertas,
ilustrado, es una publicación amena y ágil, dinámica, que se lee con avidez,
porque predominan las aventuras contadas con un lenguaje eficaz y sencillo,
pero, a la vez, entretenido, fundamentado en la determinación de un hombre que
sabe lo que quiere, en unos momentos de cambio, donde nadie parece saber adónde
va.
Su eje es la mujer, su madre, es decir el amor, la filiación materna, mientras
la guerra, sangre, sudor y lágrimas, esfuerzo, determinación y cambio,
transformación, materia, energía, muerte, sombras, luces apagadas, evidencias no
encontradas, formulación de preguntas sin respuesta, de un ser que viaja con el
sentimiento en su aura, con la determinación del lanzador de jabalina que se
sabe vencedor antes de haber alcanzado la meta.
Emplea la sutileza, con tretas y continuos lances que ha de superar de manera
magistral, gracias a su conocimiento de la psicología humana.
Es valiente, camina sin armas, solo, sin brújula, orientado a medias, pero con
la fortaleza de la mente clara y del objetivo preciso.
No se trata de asaltar un nido de ametralladoras fortificado enemigo, sino de
superar ríos, montañas, líneas amigas y enemigas, fortalezas políticas y
militares, pero, también, barreras naturales.
Al final alcanza su objetivo, abrazándose a su madre. Es el triunfo del amor
sobre la cólera, del sentimiento sobre la muerte, de la acción sobre la
estructura del poder.
Somos libres, somos uno, todos somos el todo, avanzamos y nos abrazamos en el
universo del amor con Bruno.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
(AICA)