De la emoción a la serena
contemplación de la emoción, Cori Torroja, abstracción y expresividad
Busca plasmar la emoción, expresar
aquello que le preocupa con intensidad, concentrándose sensorialmente, partiendo
de la base que hay que implicarse, pero, a la vez, es capaz de exhibir sus
contradicciones, su punto de caos, la fuerza de quien vive en diálogo permanente
con los demás y consigo misma.
Un diálogo que se transmuta continuamente, porque la existencia es dejar fluir,
de ahí que su obra abstracta, que su pintura viaje a través de las emociones, de
un cierto desorden, para instalarse en el movimiento del mismo viaje, en la
intensidad de la misma emoción.
La emoción es incontrolable, aunque se puede serenar, aquietar, aplacar, pero,
entonces, ya no sería emoción en estado puro, sino una sensación de emoción, que
viviría en lo posible pero no probable.
De la emoción a la serena contemplación de la emoción, abstracción y
expresividad: abstracción para conectarse con el medio, para ser coherente con
lo que siente, sin disponer de realidades falsas en las que sujetarse.
Prefiere viajar con la impulsividad del momento, en la grandeza de la
emotividad, para instalarse en la magnificencia de los sentidos.
Sensorial, busca la conexión con la mente y el presentimiento del corazón para
ir más allá de la efusividad, instalándose en lo expresivo meditado.
Plasma un punto de control, determinando a través de su obra pictórica, de sus
pinturas-instalación, una secuencia de emociones que la conducen, a través de
una cierta experimentación, a encuadres en los que todo está en permanente
movimiento, en diálogo abierto, dentro de una clara libertad de ejecución.
El resultado es una pintura contemporánea, personal, que apuesta por el viaje
continuo a través de las emociones, conectando con la singular fuerza de la
evidencia de lo más emblemático, para ser coherente con el yo interior.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)
JOAN
LLUÍS MONTANÉ |
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