Exposición del 20 de
junio al 22 de julio de 2007 organizada por el Ayuntamiento grancanario en el
Edificio Miller
Luis Montull participa con una
gran exposición escultórica en el aniversario de la fundación de la ciudad de
Las Palmas de Gran Canaria
La fundación de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria se remonta al año 1478,
24 de junio, día de San Juan, inicio del solsticio de verano, instantes en los
que Juan Rejón, capitán, al mando de más de seiscientos hombres procedentes de
la Baja Andalucía, desde el Puerto de Santa María, a bordo de tres barcos,
desembarcaron en las Isletas, hoy en día parte norte de la ciudad de Las Palmas
de Gran Canaria, comenzando la conquista de la isla. Se inicia en la
desembocadura del barranco de Guiniguada, actual barrio de Vegueta.
El
escultor canario rinde un homenaje a la cultura canaria, considerando en todo
momento el origen, población y características de la isla. De ahí que posea una
visión clara de su historia, enalteciendo a sus personajes principales,
especialmente, después de la consolidación de la isla dentro de la Corona de
Castilla y, acto seguido, hasta la formación del actual Estado Español. Su
interés se concentra en destacar a marineros, campesinos, labradores,
pescadores, artesanos, canteros, la mujer como eje, la importancia de la
maternidad y la exhibición de poderío de sus personajes, que, siendo normales,
alcanzan la categoría expresionista de seres dotados de singularidad álmica.
La contienda con los aborígenes duró cinco años, quienes plantearon una
resistencia numantina, considerándose el final de la conquista el año 1483,
incorporándose la isla a la Corona de Castilla por Pedro de la Vera, quien logró
la victoria sobre los aborígenes de Gáldar en la zona noroeste de la isla. La
ciudad crece con los años, convirtiéndose en el punto central administrativo y
político de las islas, siendo sede del Obispado de Canarias, la Real Audiencia y
la sede residencial de los Capitanes Generales de Canarias desde 1480 hasta
1810. Es famosa la escala que realizó Colón en agosto de 1492 para realizar
reparaciones en el timón de La Pinta, cambiar el velamen La Niña, antes de
partir hacia La Gomera, última escala antes de iniciar la gran aventura del
descubrimiento de América.
Luis Montull con sus homenajes a diferentes oficios, ‘El Motín del vino’, a la
maternidad, nos presenta obras en las que sobresalen seres con extremidades de
grandes proporciones, manos y pies expresivos, que, sin embargo, los humanizan
aún más. Y, sin describirlo, está la poderosa influencia del sol, de la
presencia del astro rey que mediatiza la isla, conforma el carácter de sus
personajes y permite unos cultivos orientados en determinadas especies.
La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria no ostentó la figura de la capitalidad
compartida hasta 1927, año en el que un Real Decreto, durante la dictadura de
Miguel Primo de Rivera, puso fin a la capitalidad única que hasta ese año
ostentaba Santa Cruz de Tenerife. Pero Montull es un creador universal que, bebe
de las fuentes de la historia, se nutre de la dinámica derivada de la cultura
europea, su estancia en Cataluña y París es fundamental para entender su
universalidad, volviendo de nuevo a Las Palmas de Gran Canaria. Por esta causa,
aunque posee una gran producción dedicada a Las Palmas y su cultura, también
tiene una parte fundamental creativa en torno a aspectos universales, destacando
la serie dedicada a la danza e Isadora Duncan, por ejemplo.
La escultura de Luis es expresiva, sus personajes son de estatura baja, de tez
morena, con pliegos y arrugas en la piel, de mirada serena, de fondo álmico, de
tendencia costumbrista, entrelazados con los oficios y la alegoría de la
historia derivada del papel primordial de la mujer como sustentadora del futuro
de la humanidad. Su capacidad de ser creadora, madre, administradora,
trabajadora y símbolo poético, dota de consistencia la actitud plástica del
creador de la isla de Las Palmas.

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Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte