Mariano Cano, de la efusividad a
la renuncia del yo egóico, para ser uno, joyas de plata de amor acentuado
Mariano Cano profundiza en joyas
portables, sin renunciar al volumen, dentro de una temática en la que ensalza el
amor, el sentimiento, la pasión, el desamor y la posibilidad de ser uno con el
todo y con todos.
Es un creador efusivo, que no obvia lo recurrente, pero, tampoco, cae en lo
repetitivo, a pesar de que hay formas, ideas y algunas partes de sus temáticas
que son resultado de una secuencia ya vista.
Pero, por otra parte, es capaz de innovar, de ir más allá de las circunstancias,
de transportarse y transportarnos a una nueva dinámica temática en la que
reinventa el amor.
En piezas elaboradas en plata con pedrería, de texturas contrastadas como la
titulada ‘El hombre y la mujer flor’, anillo, de un cierto tamaño, de base
geométrica y textura pulida, con figuras de texturas trabajadas, enlaza con su
predisposición a contrastar partes del todo, de la dinámica existente fundada en
lo uno, en el uno, como magma, base, energía total, global, planetaria y
cósmica, que aglutina diferentes conceptos y haces energéticos, sentimientos que
son energía en letras mayúsculas como el amor.

En el amor no todo se reduce a
sensaciones físico-químicas, sino que estas afectan al individuo, a los
individuos, al planeta entero, transformándolo.
Cambiamos el mundo por amor, no solo porque son reacciones físico-químicas que
conllevan una energía considerable, sino porque poseen su parte álmica. De ahí
que el joyero madrileño Mariano Cano capte en profundidad esta parte enigmática
del amor.
Es determinante su posición frente al volumen, trabajándolo, sin renunciar a la
pedrería, pero, emplazando esta, como contrapoder, como auténtico contraste con
la plata, que es el material más utilizado en su creación.
La plata posee una parte enigmática, mientras que su uso se sebe también a sus
acentuadas posibilidades expresivas: brilla, es sutil, también escultórica, a la
vez, intimista, sugerente y delicada.
Según se trabaje en texturas pulidas su haz de luz aumenta o se matiza si el
trabajo de texturas es irregular o bien con incisiones, sean estas constantes o
determinantes en diferentes zonas.
Lo importante es su manera de trabajar, a partir del volumen, jugando con la
geometría y la acepción de una realidad que siempre está ahí, pero que viaja más
allá, por su procedencia surreal.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
(AICA)