Mariano Cano, de la evidencia de
la poética a la dinámica de la alegoría
Mariano Cano indaga en la
evidencia de la poética porque la existencia es metáfora y elipsis,
produciéndose una clara dinámica de la alegoría en el sentido de ir hacia otros
medios y estadios de la profundidad plástica a partir de una posición de clara
adscripción attrezzistica.
Nos encontramos ante un creador
que busca, a partir de la joya-escultura, estadios alterados de la fantasía,
para enlazar con la meta-orírica de la existencia.
Su obra, realizada en metales
nobles y metacrilato, con o sin pedrería de color, empleando, cuando el caso así
lo requiere otros materiales, es claramente volumétrica, representada por
elementos y attrezzo de concreción evidente.
Su composición es la suma de
evidencias y esencias orientadas en la línea de la formulación de fantasía y
ensoñación.

Su attrezzo se fundamenta en la
dinámica de la elaboración de lo sutil, apoyado en la poesía, en la capacidad
poética de comprender el mundo, de conectar con la dinámica de lo reconocido
como existente.
Dialoga con la forma, para
interesarse por el fondo, buscando la evidenciación de la joya.
La joya como punto de partido
poético, como parte conceptual de la idea, como resultado de un posicionamiento
que navega por el océano de la sensibilidad.
Se trata de ser coherente con la
joya-poema, con la joya-poesía, estadio del alma, evidenciación de lo sutil,
emergiendo de lo sensible, interesándose en la potenciación de la formulación,
por la determinación expresiva de los alcances más profundos de una existencia
que va más allá de la anécdota.
No es un joyero de anécdotas,
tampoco de grandes declaraciones, pero sí es intuitivo, claramente intimista,
que apoya y apuesta por la poesía porque su actitud creativa es, en sí misma,
poesía, apoyándose en la dinámica de la alegoría que le transporta hacia el
cambio.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
(AICA)